Celebrar siempre. Cada vez que se pueda.

Desde hace 8 años estas palabras son nuestro norte.  Nos han guiado por un recorrido incesante, desde pequeñas locaciones hasta grandes salones. Reuniones íntimas y eventos multitudinarios. Siempre. Cada vez que se pudo.

Un viejo galpón en el corazón de Pichincha fue el puntapié para iniciar este camino. En un taller mecánico abandonado armamos nuestro espacio, desempolvamos sueños y nos preparamos para festejar a lo grande.

Cada evento es una oportunidad para crear, para transformar, para imaginar. Un espacio vacío, un lienzo en blanco que intervenimos sin restricciones. Una fiesta se gesta en equipo, estética y funcionalidad de la mano. Todos corriendo detrás de una idea que se materializa el día del festejo.

Este año estamos quietas, esperando que el mundo de los eventos vuelva a girar. Nuestro galpón está silencioso. Extrañamos la adrenalina de los montajes, los planos, los timing…

Pero acá estamos, en la línea de salida, con las ganas de siempre y el ritmo afilado para terminar nuestro trabajo justo a tiempo: cuando el invitado cruza la puerta para sumergirse en la celebración. Siempre. Cada vez que se pueda.

Somos una compañía de buenos momentos y te vamos a acompañar con nuestras notas y tips para celebraciones a medida.