La cuarentena, término al cual nos hemos acostumbrado desde hace varios meses, tiene como finalidad proteger nuestra salud y la de los que nos rodean. Esto es algo que nadie duda, y las medidas de protección y prevención necesarias que deben adoptarse para disminuir el riesgo de contagio son conocidas y repetidas por todos.

Algunos seguimos trabajando, modificando vestimenta, horarios, los turnos entre pacientes, que se han espaciado, con menor asistencia, muchas veces por miedo, y es por eso que las modalidades de atención virtuales han aumentado.

Otros, comenzaron a trabajar desde sus hogares, debiendo modificar aún más sus rutinas diarias, ya que adaptar el hogar a un lugar de trabajo es una situación por demás compleja: se ve afectada una familia completa, todos deben cumplir determinadas pautas para que pueda llevarse adelante esa tarea.

Otros perdieron sus trabajos, o la posibilidad de vivir de ellos, porque la labor que realizaban dejó de ser requerida en esta situación de aislamiento.

La cuarentena, además, afectó la economía de la mayoría de la gente, generando una parálisis económica que no deja de preocupar.

Nosotros y los miedos

Todo este contexto causa un impacto enorme en el aspecto psicosocial de la gente, con sensación de pérdida de libertad, incertidumbre sobre evolución y duración del aislamiento, aburrimiento, separación de seres queridos, problemas de pareja, miedo. Miedo a enfermar, a tener una mala evolución, ya sea nosotros, o algunos de nuestros familiares.

Las consultas características de las épocas frías del año, como resfríos, tos, gripe, asma, han cambiado radicalmente. Éstas ya no son causas que motivan la atención. El aislamiento y las medidas de protección adoptadas han cumplido con la gran labor de evitar estas patologías.

Y entonces, ¿qué motiva la llegada de los pacientes al consultorio?

Problemas digestivos, como colon irritable, gastritis, reflujo, constipación, cefaleas, trastornos para conciliar o mantener el sueño, angustia, ansiedad, aumento del consumo de tabaco, alcohol, psicofármacos, disfunciones sexuales, y modificaciones en el peso corporal, se han convertido en el relato principal de los pacientes.

Las mujeres son las que consultan mayormente, pero hacen referencia a situaciones similares que experimenta el resto de su grupo familiar. Los adolescentes y los adultos mayores son los grupos más afectados.

Los más chicos han perdido el contacto fundamental en esta etapa de desarrollo, el de sus pares, y han aumentado el trato con el grupo que, en muchos casos, genera mayor conflicto, que somos nosotros, sus padres.

Los adultos mayores, los abuelos, perdieron las visitas de hijos y nietos, muchos viven solos, y la idea de futuro en ellos causa aún más angustia. Es un futuro más cercano.

Tips para sobrellevar el presente

El consultorio es un ámbito de escucha. De contención. Dejar expresar miedos, evacuar dudas, aclarar con conocimientos conceptos equivocados, causa un gran alivio en el que consulta.

Insistir en moverse, en salir a caminar, o simplemente ejercitarse en el domicilio, por ejemplo, viendo algún video de rutina de ejercicios, causa una gran disminución del estrés de la gente.

Reforzar el hecho de una alimentación equilibrada, limitando las porciones, mejorando la calidad de lo que se consume, incitar a probar platos nuevos, ya que el tiempo del que se dispone para la preparación de los alimentos suele ser mayor.

Cuidarse, vestirse, asearse, permiten que la imagen que tenemos de nosotros mismos no se vea aún más afectada de lo que se ve comprometida por las situaciones mencionadas anteriormente.

Refugio

Personalmente, esta cuarentena causó, también en mí, grandes modificaciones. Pero, aun así, mi estancia en el consultorio, mi lugar, se ha convertido en uno de los momentos más gratos del día.

No se puede abrazar, no se puede besar. Usamos ambo, barbijos, gafas, pelo recogido, pero queda la mirada. Se puede escuchar, se puede calmar, se puede motivar diciendo que esta situación va a terminar, no sabemos cuándo, pero el fin va a llegar. Se puede ayudar dando nuestro teléfono de contacto, que da alivio instantáneo al que lo recibe. Está, está si lo necesito.

Estamos, todos juntos, transitando una de las situaciones más complejas que hemos vivido. Y juntos vamos a salir adelante, cuidándonos, respetándonos, teniendo paciencia, sabiendo que cuando esta situación termine no vamos a ser los mismos. Vamos a ser mejores. Seguramente.